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Visitas que me hacen ser feliz.

jueves, 16 de febrero de 2012

Capítulo 20.- Catherine y Andrea.

-Pero papi, a dónde vamos ? - preguntó una niña pequeña y muy dulce, de unos tres años y medio. Era castaña, con ojos verdes y labios pequeños. Su tez era blanca y, a pesar de su escasa edad ya sabía hablar francés y español.
-Vamos a ir a ver a la familia de papá, Catherine. Vamos a España. - dijo Alice, por la cual no habían pasado los efectos de un embarazo, un parto y una maravillosa hija.
-¿España? - preguntó la niña poniendo una mueca de extrañeza en su linda cara.
-Sí, es un país al lado de Francia, del nuestro. Papá nació allí y en parte tu también eres española. Ahí están tus abuelos paternos, los padres de papá.
-Yo también soy española ? Francesa y española :O ! Eso puede ser papá ?
-Claro que sí, princesa. - dijo un adrián, de unos veinticuatro años ya. Jóven, pero casado 'felizmente' y con la niña de sus ojos a su lado. - En esta vida, toooodo es posible. Venga, subamos al avión o se irá sin nosotros.

Adrián comenzó a pensar en lo que le esperaba al regresar a casa. A pesar de que aún eran muy jóvenes, Laura se habría casado por despecho o por deseo con Daniel, o quizás porque el matrimonio ya estaba concertado. Candelaria... Con ella se había escrito mucho, y la tenía agregada al Tuenti y al Facebook, a los que en los últimos tres años apenas había podido acceder por falta de tiempo y de ganas. Y, a pesar de todo, en su cabeza ya solo resonaba un nombre, una y otra y otra vez : Catherine. Su hija, su tesoro, su princesa, su nueva vida. La personita más importante del Mundo y del Universo para él, la personita que le había impedido ser feliz con Laura, pero por la que había sonreído mil millones de veces en tan solo tres años. Y es que esos pequeños detalles y momentos eran los que de verdad le hacían ser feliz, tan lejos de su casa, de su familia y de su verdadero amor. Todos estos pensamientos le invadieron en el viaje desde Francia hasta el centro de Madrid. Recordó los partidos de fútbol y los piques tontos que había vivido con Cande, los momentos mágicos vividos con Laura, las risas que Sandra le había provocado, que quedaron como pocas comparadas con las que le había provocado su nueva princesa, pero que aún de este modo habían sido una gran cantidad de movimientos de cuarenta y seis músculos de su cara.

Mientras tanto, Alice estaba haciendo creer a los demás que estaba dormida, pero realmente estaba sumida en sus propios pensamientos, al igual que Adrián. Que pasaría en el reencuentro de Adrián y Laura, seguirían saltando chispas o la vida de él ya estaría completa al lado de la suya; pero el pensamiento que más le preocupaba era el hecho de volver a ver al verdadero padre de su hija Catherine, Daniel. Y si decidía decir la verdad sobre lo que pasó entre ellos porque no amaba su vida ahora, y si realmente, al volverle a ver, descubría que se sentía más interesada por él que por su marido. No, no, eso era más que imposible. Adrián la seguía volviendo loca y era el único al que amaba. Pero el desliz que tuvo con Daniel la hizo dudar en cada día de esos cuatro años. Salió de sus pensamientos cuando el piloto comenzó a transmitir la información básica en un avión para el aterrizaje.

***

-Venga Daniel ! Has vestido ya a la niña ? - dijo una Laura radiante a la vez que con una mano se ponía uno de sus vertiginosos tacones, concretamente el derecho y con la otra mano se ponía sus largos pendientes de fiesta.
-Sí, y tú ? Estás lista ya ? - dijo Daniel, con sus veintiséis años muy bien llevados y su hija en brazos. Ésta tenía una edad cercana a los dos años y tres meses, pero ya apuntaba maneras de ser bella desde pequeña.
-Andrea! Que nos vamos de fiesta ! -dijo Laura, mirando a los ojos a su primogénita y vestida con un espectacular mono de flores de media manga y pantalones cortos. Se veía hermosa y feliz.
- Chi, chi, feesta ! (: - dijo la niña, sin apenas poder hablar por su corta edad.
-Hoy es el cumple de la abuela, y la fiesta es sorpresa así que no podemos hacer naaada de ruido vale.
-Hablo la de los tacones - Daniel se rió por su gran ingenio humorístico. - Va a venir Candy ? - dijo Adrián al ver que a nadie le había hecho gracia su chiste.
-Sí, debemos ir a buscarla. - montaron en el coche. Daniel conducía y Laura iba ausente mirando por la ventana y descansando de la música educativa ya que Andrea estaba dormida. Todo iba bien hasta que llegaron al portal en el que todavía vivía Candelaria, después de tres años y medio de que su vida cambiase. Cande seguía soltera, no necesitaba a nadie para ser feliz y estaba seguro de aquello. En este mismo edificio aún vivían los padres de su ex-novio, con los que aún mantenía relación. Y todo se torció en el momento en que una familia feliz de tres miembros se paró en ese mismo instante y en ese mismo lugar. Era la familia que, como Laura dedujo años atrás, Adrián había formado en el país vecino.

-¿Adrián? - dijo Laura con un brillo especial en los ojos. Realmente era una pregunta retórica, dicen que el primer amor nunca se olvida.
-¡Laura! - gritó Adri, ilusionado pero reprimiéndose pensando en que Alice y Catherine le estaban observando cuidadosamente. Y es que no se podía negar que fuesen madre e hija, fijándose siempre en los detalles más pequeños y siendo muy quisquillosas y posesivas; físicamente no se parecían apenas, pero con solo dejarle tiempo al tiempo ya se verían las aspiraciones a las que optaba Catherine.
-¿Qué tal? ¿Ésta es tu hija? - dijo, sin dejar de mirar a la niña a los ojos. Esos ojos que ella tenía la sensación de haber visto antes. Esos ojos que eran iguales que los de su pareja. Esos ojos que la hipnotizaron sin dejarla percatarse apenas de la respuesta.
-Sí, ésta es mi princesa. Catherine, saluda a Laura.
-Hola - dijo Catherine con el tono de voz típico que usaba cuando la obligaban a hablar con alguien que ella no quería. Era una niña muy inteligente y ya se había percatado, sin ninguna duda, de la actitud que había entre ambos.
-¿Qué haces aquí,Laura? ¿Que tal,Cande? ¿Y Sandra y Jaime? ¿Y Anna? - Adrián estaba eufórico y nervioso por ponerse al día de los sucesos de los últimos cuatro años.
-Vayamos por partes. Cande ahora es de mi familia, porque su hermano y mi hermana se han casado. Ella sigue soltera y está bien. Pues Jaime y Sandra aún siguen juntos, y Anna está con Sergio, mi ex-cuñado. - de repente, Cande salió del ascensor espectacular, con la raya en un verde con un ligero brillo y la cara bien maquillada. Llevaba el pelo liso, pero sin llegar a estar lacio; peep-toes rojos y vestido corto palabra de honor rosa ceñido a la cintura. En cuanto a los accesorios, llevaba un anillo con una gran piedra negra y una americana roja. Era primavera y el tiempo era bueno, pero una chaqueta no era prescindible.
- ¡¡¡¡ADRIÁN!!!!! - los tacones de Candy se quedaron en mitad del portal y ésta salió corriendo a abalanzarse sobre su mejor amigo, a pesar del paso del tiempo.
-Voy subiendo -dijo Alice. -Catherine está cansada del viaje.
-Tardo cinco minutos - dijo Adri al ver que probablemente no hubiese nadie en el hogar, en su hogar. - Bueno chicas, mañana os veo. Lo más probable es que nos mudemos a Madrid permanentemente. -Cande le acompañó al ascensor, y en el camino recuperó sus tacones.
-No estás nerviosa por ver a Sergio después de lo que pasó ? Ahora está con tu Anna, pero...
-No quiero hablar de eso, Candy. El padre de Andrea es Daniel y ya está, no tengo mas que añadir.

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